Ni que Cristiano tuviera motivos para sentirse fracasado como los que no lo han dado todo en la vida. El portugués no sólo ha hecho lo que nadie hizo antes que él sino que lo ha mantenido con una disciplina espartana.

Su mayor error fue salir del Real Madrid, largar en plena celebración de la liga de campeones, hubiese ganado el balón de oro de Modric y hubiese tenido unas cuantas temporadas más con el club apoyándoles para ser el mejor.