A veces me da pena que un país con tantísimas carencias como Argentina base todo su orgullo nacional en el fútbol y que esto condicione casi todos los aspectos de la vida de los ciudadanos. Es de los pocos países de latinoamérica que está haciendo el camino de vuelta, está dejando de ser un país en vías de desarrollo para volver a ser un país tercermundista, pero la gente está más feliz que nunca, e incluso inculcan estos valores a sus niños con lo que están firmando ad infinitum un contrato que les vincula a esa condición de pobreza mental y orgullo patrio irracional, pero solo para el fútbol, no vaya a ser que alguien lleve ese amor a su país demasiado lejos e intente cambiar la realidad de sus gentes. También te digo que, siendo como son, podrían poner a un retrasado mental como el Dibu de Presidente y el país apenas lo notaría. El problema es estructural, social y, por lo que parece, eterno.